Un solucionador de problemas de una compañía petrolera de la ciudad de Nueva York es llevado a un remoto lago de Columbia Británica para buscar maquinaria perdida. Cancela un viaje a Disney World con su hijo y decide llevar al niño con él. Ambos terminan experimentando más emoción de la que Mickey jamás podría imaginar en Orlando, cuando se encuentran con tipos malos y una criatura legendaria.