En South Yorkshire, un pequeño grupo de trabajadores del mantenimiento ferroviario descubre que, debido a la privatización, sus vidas han cambiado para siempre. Cuando el tradicional letrero de British Rail es sustituido por uno que dice East Midland Infrastructure, queda claro que habrá ganadores y perdedores, mientras términos como “reducción de personal” y “eficiencia” se convierten en las nuevas consignas.